Las trabajadoras domésticas son una parte esencial de la sociedad. Su trabajo es fundamental para el correcto funcionamiento de muchos hogares. Pero, a pesar de esto, el trato injusto y el poco reconocimiento a sus derechos sigue siendo un tema latente. Y, uno de estos aspectos es su uniforme.
El uniforme de la trabajadora doméstica es un tema que ha sido objeto de debate durante mucho tiempo. A menudo, se ha visto como una señal de estatus o poder, y se ha utilizado para diferenciar a las trabajadoras domésticas de sus empleadores. Sin embargo, en los últimos años, ha habido un cambio en la forma en que se ve el uniforme de la trabajadora doméstica y se ha comenzado a cuestionar su uso y diseño.
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En la actualidad, el uniforme de la trabajadora doméstica ha evolucionado considerablemente. A diferencia de los uniformes antiguos que eran incómodos y poco prácticos, los uniformes modernos están diseñados para ser cómodos y funcionales. En muchos casos, se han eliminado los tocados y las faldas largas en favor de pantalones.
De hecho, en algunos países, se ha comenzado a cuestionar el uso del uniforme de la trabajadora doméstica y se ha optado por permitir que las trabajadoras usen su propia ropa. Esta es una solución que podría ser adoptada en otros lugares y que permitiría a las trabajadoras sentirse más cómodas y libres en su trabajo.
Los desafíos del uniforme de la empleada domestica
Sin embargo, a pesar de estos avances, todavía hay mucho por hacer para mejorar las condiciones de trabajo de las trabajadoras domésticas. Pues, a menudo, se les pide que usen uniformes que no son cómodos ni funcionales, y que pueden incluso poner en riesgo su seguridad. Además, muchas veces tienen que comprar su propio uniforme y no reciben ningún tipo de compensación por ello.
Otro desafío con el uniforme de la trabajadora doméstica es que a menudo se les obliga a usarlos incluso cuando están fuera de sus horas de trabajo. Lo que puede hacer que se sientan incómodas e incluso fuera de lugar en situaciones sociales. Además, el hecho de que se les exija usar un uniforme en su tiempo libre puede ser visto como una forma de controlar su vida personal.
Por otro lado, no hay que perder de vista que el uniforme de la trabajadora doméstica puede variar según la cultura y el país. En algunos lugares, es común que las trabajadoras domésticas usen uniformes que constan de una blusa y una falda. En otros lugares, se pueden usar pantalones y filipinas.
Los desafíos en México
En el caso de México, el uniforme de la trabajadora doméstica ha cambiado radicalmente con el paso del tiempo. En la mayoría de los casos, el uniforme consiste en filipinas con cierre y un pantalón. Pero, a pesar de que el uniforme es muy común en México, también ha sido objeto de críticas y debates.
No obstante, hay quienes defienden el uniforme de la trabajadora doméstica como una forma de mantener una imagen profesional, como en cualquier otro prestador de servicio. Sin embargo, en el caso contrario, hay quienes explican que sigue siendo una herramienta para jerarquizar.
Adicional, es bastante común encontrar uniformes para trabajadoras domésticas poco funcionales. Pues,en la mayoría de los casos, los uniformes están hechos de materiales de baja calidad y poco duraderos, lo que significa que se desgastan rápidamente y deben ser reemplazados con frecuencia. Además, muchos uniformes no están diseñados para adaptarse a las distintas tareas que suelen realizar.
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Hoy en día, el uniforme de la trabajadora doméstica ha evolucionado para ser más cómodo y funcional, con una gran variedad en cuanto a su diseño y uso.
Y, aunque en algunos lugares se ha optado por permitir que las trabajadoras usen su propia ropa, en otros lugares el uniforme sigue siendo una parte fundamental del trabajo de la trabajadora doméstica. Sin embargo, es importante tener en cuenta que el uniforme debe ser diseñado pensando en la comodidad y la seguridad de la trabajadora, y no como una forma de control o discriminación.
Por ello, el uniforme de la trabajadora doméstica debe ser visto como una herramienta para garantizar un trabajo justo y digno, y no como una forma de marginar o discriminar.
El uniforme de la trabajadora doméstica es un tema que debe ser abordado de manera crítica. Aunque ha habido avances en su diseño y funcionalidad, todavía hay mucho por hacer.
Fuentes consultadas:
Crous, M. (2018, abril 20). Blinded by whiteness: The domestic worker uniform and why it’s still a symbol of oppression. Life. https://www.news24.com/life/archive/blinded-by-whiteness-the-domestic-worker-uniform-and-why-its-still-a-symbol-of-oppression-20180420
Tijerina, A. (2021, abril 21). El uniforme que invisibiliza a las empleadas del hogar: Revista Tres Puntos. https://www.revistatrespuntos.com/post/el-uniforme-que-invisibiliza-a-las-empleadas-del-hogar